miércoles, 2 de marzo de 2016

La neuropolítica

En el lobby de un edificio de oficinas en la Ciudad de México, la gente pasaba a toda prisa mientras echaba un vistazo al anuncio digital de un candidato para las elecciones de junio pasado.

Probablemente no sabían que el anuncio también los veía a ellos.

Dentro del anuncio, una cámara capturaba expresiones faciales y alimentaba un algoritmo que leía reacciones emocionales tales como alegría, sorpresa, enojo, aversión, miedo y tristeza.


Con estos datos obtenidos, la campaña podría cambiar el mensaje (las imágenes, los sonidos o las palabras) para crear una versión más popular con los electores, gracias a la neurociencia, o también neuropolítica.

Desde hace un tiempo, muchas empresas han usado tecnologías como la codificación facial y el escaneo cerebral con la esperanza de ampliar los límites del mercadeo y el desarrollo de productos. Pero su uso por parte de partidos políticos y gobiernos es un fenómeno en crecimiento.

Las ondas cerebrales y las expresiones faciales delatan los sentimientos y opiniones de un votante, por lo que son consideradas un mejor indicador del comportamiento en las urnas, según los defensores de estas técnicas.

Así, los equipos de presidentes y primeros ministros de países como México, Polonia y Turquía han contratado a consultores en ciencia para que escaneen los cerebros, los cuerpos y los rostros de los votantes, todo para intensificar su resonancia emocional con el electorado. 

Los neuroconsultores y algunos de sus mecenas políticos argumentan que los beneficios son obvios: los grupos de discusión y las encuestas pueden ser poco confiables debido a que los votantes a veces no saben, no pueden o están renuentes a expresar lo que sienten sobre un candidato.

Sin embargo, algunos neurocientíficos han criticado abiertamente estas técnicas porque pueden dar resultados demasiado ambiciosos. Argumentan que sólo porque un candidato o un discurso provoca actividad en una región específica del cerebro, eso no quiere decir que los investigadores pueden saber lo que los votantes están pensando.

Hoy en día, los proyectos de neuropolítica suelen ser un negocio internacional. Una agencia de investigación española, Emotion Research Lab, dice estar llevando a cabo una codificación facial automatizada para los candidatos mexicanos a todos los niveles de gobierno. Una empresa polaca, Neurohm, afirma haber asesorado campañas presidenciales estadounidenses en diversos ciclos de la elección.

Los neuroconsultores sostienen que el interés político está creciendo, aunque reconocen que su trabajo aún es considerado tabú. Sin embargo, varios consultores políticos estadounidenses dijeron que la neuropolítica podría cobrar más importancia en la campaña presidencial que apenas está comenzando.






Fuente: http://www.nytimes.com/es/2015/11/12/la-neuropolitica-como-las-campanas-estan-usando-nuevas-tecnologias-para-leer-tu-mente/?rref=collection%2Fsectioncollection%2Farchive

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